Cada vez que la ciudadanía se organiza para exigir, defender derechos o protestar contra decisiones que afectan a la comunidad, se está haciendo política.
Es parte de la vida democrática, aunque no haya partidos ni banderas.

Cuando en una manifestación participan Regidores de un Municipio, aunque digan hacerlo solo como vecinos y sin siglas partidistas, se sigue ejerciendo la política.

Porque su voz, sus gestos y su presencia nunca son inocentes, tienen un peso que trasciende lo personal.

Y aunque lo intenten disfrazar de participación ciudadana, la realidad es que su asistencia repercute en su electorado.

Quienes los eligieron los observan, juzgan y evalúan su coherencia entre lo que hacen en la calle y lo que decide.

Ahora bien, la promoción de esta manifestación por parte de quienes la organizan presenta una grave contradicción, aún que sea legítima, como no puede ser de otra manera.

Afirman que, NO SE HACE EN NOMBRE DE NINGÚN PARTIDO, pero al mismo tiempo invitan de manera abierta a los Regidores del municipio, aunque, eso sí, sin banderas.

Esa postura es engañosa, porque conocen perfectamente que la presencia de representantes públicos no puede separarse de su condición política.

Pretender lo contrario es manipular a las personas.

La manipulación radica en usar un lenguaje de independencia ciudadana, pero integran actores políticos.

Esa contradicción confunde a los vecinos y vecinas, que creen estar en un espacio libre de intereses, cuando en realidad hay capital político en juego.

Se apela a la neutralidad, pero se construye un escenario donde la presencia de los Regidores suma legitimidad a la protesta.

Eso convierte lo que debería ser una expresión vecinal en una plataforma política encubierta.

Se invisibiliza el impacto electoral, como si la participación de Regidores no tuviera consecuencias.

Pero cualquier aparición pública de un representante electo influye en cómo la ciudadanía percibe su compromiso, su coherencia y hasta su futura campaña.

Se utiliza la causa común como escudo político. Presentarse como, vecinos es una estrategia para desactivar críticas.

La verdad es clara, los Regidores no dejan de ser representantes cuando bajan a la plaza.

No se puede separar el cargo de la persona en actos públicos.

Quienes los invitan lo saben, y por eso buscan sumarles a la protesta, porque su sola presencia ¿les puede dar miedo la asistencia?.

Toda manifestación es política porque busca incidir en lo común.

Y cuando se intenta ocultar esa verdad, se está engañando deliberadamente a la ciudadanía.

Lo que promueven los organizadores no es solo una movilización vecinal, es un acto político encubierto haciéndoles creer que están en un espacio neutral.

La política se puede disfrazar, pero nunca se puede ocultar.